Sonia Mankongo

Derechos de las mujeres Derecho a la educación
Camerun
Zerca y Lejos

Es originaria de Ngambé-Tikar, un pequeño pueblo de la región central del Camerún. Creció «en una sociedad altamente machista y dentro de una de sus manifestaciones más agudas, como es una familia polígama». Así lo explicaba la activista Sonia Mankongo el pasado otoño, en el marco de su visita a España para dar visibilidad a la campaña #EllasCuentan. Su madre tuvo cinco hijas, ningún hijo y, a los ojos de la sociedad, esto le impidió convertirse en una mujer completa. «Mi madre era una mujer que se escondía en su habitación durante las fiestas, porque de un día para otro vio entrar en su casa a una segunda mujer», relataba Mankongo con dureza.

Lejos de debilitarla, el hecho de haber vivido situaciones de este tipo la fortaleció. «Tantas luchas, tantas frustraciones, tantas cosas que son muy fuertes y las vives de cerca, a la vez que te van rompiendo, te van construyendo», explicaba Mankongo. La activista tenía muy claro qué era lo que no quería para su vida, y eso la impulsó a estudiar y a buscar su independencia económica.

Paradójicamente, en este camino encontró el apoyo de su padre.

Actualmente, Mankongo aspira a obtener un doctorado en literaturas afrohispánicas en la Universidad de Maroua, con una investigación sobre cuestiones vinculadas a la memoria de la esclavitud. Tiene formación en pedagogía y didáctica de lenguas extranjeras, y es profesora de castellano. Desde 2016, su trayectoria está vinculada a la ONG Zerca y Lejos. En esta entidad, trabaja como coordinadora del Plan de educación en Camerún. Tiene una residencia fija en Yaundé, pero el trabajo le hace ir del extremo norte al sur del país.

«Todo pasa por algo», reflexiona Mankongo cuando mira atrás en su trayectoria. «Nacer en una familia con valores patriarcales, como muchas otras de Camerún, me ha permitido darme cuenta de cómo de injusta es a veces nuestra sociedad con las mujeres y posicionarme ante ello, con la posibilidad de escoger un camino diferente del que sutil o abiertamente se te impone como mujer «, concluye.

Entrevista a Sonia Mankongo

¿Cómo llegaste a Zerca y Lejos (ZyL)?

En 2016, cuando todavía era estudiante universitaria de Pedagogía, el profesor Bouba Kidakou me recomendó para hacer un seminario de cinco días con el profesorado de los centros escolares gestionados por ZyL. Esto me permitió descubrir una realidad de mi país que no imaginaba tan fuerte. Siempre había oído hablar de los pigmeos, en la escuela nos decían que eran los primeros pobladores de Camerún; ahora bien, conocer su vida cotidiana y su realidad me sorprendió, y aún más por el hecho de descubrirlo a través de una organización española. Desde entonces, he estado colaborando.

¿Qué tarea desarrolla ZyL en el ámbito educativo en Camerún?

Básicamente, gestiona cuatro escuelas primarias y 22 centros preescolares localizados en pueblos pigmeos. También impulsa un programa de acogida de menores en situación de exclusión social y un hogar para los niños que los acerca a las escuelas. Además, ofrece un programa de becas escolares para que los alumnos puedan seguir estudiando en secundaria, y otro de becas universitarias, dirigido esencialmente a chicas del extremo norte de Camerún que no pueden continuar con sus estudios por razones económicas.

La iniciativa #EllasCuentan promueve la educación de las niñas. ¿Cuáles son los principales obstáculos para que las niñas accedan a la educación?

En general, en África las niñas son el grupo más marginado del sistema escolar. Si mencionamos los obstáculos, en primer lugar estarían los motivos económicos. En países en los que el 60% de la población vive en zonas rurales con pocos recursos, el acceso a la educación (que no es gratuita) se convierte en un lujo que no todas las familias pueden permitirse. Luego están los embarazos precoces. Hablamos de sociedades donde falla la educación sexual, el uso de contraceptivos está poco extendido y la capacidad de las mujeres de procrear se entiende como un valor positivo para su condición de mujer. También están los matrimonios precoces o forzosos, que tienen graves consecuencias en los estudios de las niñas. Aparte, están los estereotipos y prejuicios machistas, así como códigos sociales de conducta que hacen que esté mal visto que las chicas estén sin casarse después de la pubertad. Esto genera mucho miedo a los padres, que temen que las chicas se queden embarazadas cuando aún viven en su casa. Faltan sistemas educativos inclusivos que promuevan la igualdad de género. Finalmente, en África hay numerosos conflictos armados, que sitúan a las mujeres y a las chicas en una posición de mayor vulnerabilidad.

¿Qué podrían hacer las escuelas para promover el acceso y la permanencia de las niñas en el sistema educativo?

Haría falta una gran labor de sensibilización con las familias sobre los peligros de los matrimonios infantiles y la importancia de que las niñas estudien. Además, sería necesario prevenir las violencias basadas en el género en las escuelas, y educar a todos los niños en el respeto a las chicas y a las mujeres, así como en la igualdad y el respeto por la diferencia. La educación debería ser completamente gratuita y obligatoria en primaria y en secundaria.

También participas en un proyecto de centros preescolares comunitarios.

Está dentro del programa de educación de ZyL. Consiste en acercar la educación preescolar a los niños pigmeos de tres a cinco años, dentro de sus comunidades. El objetivo es adaptar a la criatura al ritmo escolar para que pueda encajar bien cuando entre en un centro de primaria. Se les dan cursos en sus lenguas maternas y se va evolucionando hacia el francés y el inglés.

¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan las comunidades baka?

Son pueblos que conviven con poblaciones bantús desde hace mucho tiempo y que han construido relaciones basadas en la explotación. Son buenos cazadores y trabajadores del campo, y se han convertido en «trabajadores» de los bantúes. Ahora ya no trabajan para ellos mismos, y reciben sueldos en forma de comida y alcohol. Con muy pocos recursos, no pueden acceder ni a la salud más básica ni a la educación. Como son una minoría, los mantienen en la ignorancia para explotarlos mejor.

En el día a día de tu trabajo en ZyL, probablemente has conocido historias personales de éxito que te impulsan a seguir.

Una historia remarcable es la de Julienne. No sé exactamente cuáles han sido las diversas etapas de su construcción como mujer pigmea, pero ver el impacto que a día de hoy tiene en nuestros proyectos nos emociona a todos y nos anima a seguir creyendo en lo que hacemos. Julienne es una mujer baka que es higienista en nuestros centros de salud oral. Se formó con nosotros y ha sabido conjugar su vida familiar y su rol dentro de la comunidad, lo que no es fácil para una mujer pigmea. Es un modelo de éxito individual para su comunidad, e impacta mucho a las otras mujeres por su capacidad de expresar sus puntos de vista dentro y fuera de su familia.

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