Más de 4.200 campesinos de Antioquia han sido desplazados de sus territorios tras las amenazas de grupos armados

Milena Florez, participante de la XI edición de Ciudades Defensoras de los Derechos Humanos, explica la situación que se está viviendo en Ituango, donde en los últimos días han llegado más de 4.200 personas que han sido forzadas a dejar sus casas 

La población colombiana de Ituango, en Antioquia, se ha visto sacudida durante los últimos días como consecuencia del éxodo de miles de campesinos de la región que han sido obligados a abandonar sus hogares, animales y cosechas, y han llegado al municipio en busca de refugio.   

Desde el pasado 21 de julio más de 4.200 personas han dejado sus casas y se han dirigido a la localidad de poco más de 27.000 habitantes en autobús tras las amenazas de las disidencias de las FARC y del Clan del Golfo (también conocido como las Autodefensas Gaitanistas Colombianas o AGC). 

“A las comunidades de más de 34 veredas les ha tocado salir forzosamente, dejando su patrimonio, sus gallinas, su finca, sus vacas, sus perros, sus gatos… Al llegar al municipio se han encontrado que ya se agotaron los víveres, se agotaron las colchonetas”, explica Milena Florez, miembro del Movimiento Ríos Vivos, que lucha por la defensa del agua, la vida y los territorios. 

Es una disputa del territorio”, advierte Florez, que explica que «los grupos armados han obligado a los campesinos a salir de sus tierras para conseguir que haya una presencia militar que saque también a otros grupos que se están quedando con el control de la zona, que es un lugar estratégico por  la minería ilegal y porque es uno de los principales puntos del país desde donde se exporta la cocaína hacia el Caribe.  

En la zona actúan varios grupos armados: el frente 18 de las FARC, el frente 36, que surgió de un comando que actuaba en el municipio de Briceño, el frente 5 y las AGC. Además, también hay un nuevo grupo llamado los Pachelo, que llegan desde otra zona. Cada grupo tiene sus propios intereses y a veces amenazan la población y la hacen salir porque a algunos les interesa que el ejército también entre en la región para que impida operar a los demás. 

Ahora, estas más de 4.200 personas están alojadas en cinco colegios del municipio que funcionan como albergues temporales, pero según explica Florez, las condiciones no son buenas – “para las mujeres no hay toallas higiénicas, no hay cosas de aseo, no hay atención a los niños” – y las personas desplazadas se exponen también al coronavirus – de momento hay 10 personas aisladas después de que en uno de los albergues temporales se detectara un brote.  

Por otro lado, las lluvias torrenciales han dejado varios derrumbes en las carreteras, por lo que la ayuda humanitaria solo puede llegar por aire. El lunes 26 de julio, cinco días más tarde de que los campesinos comenzaran a abandonar sus casas, aterrizó un helicóptero con comida y mantas enviado por la Gobernación de Antioquia y el Ejército.  

Las autoridades de Antioquia han expresado su incapacidad de dar una respuesta al problema, ya que el desplazamiento de población actual es el mayor registrado en el departamento. Es por eso que los vecinos han pedido una respuesta urgente al gobierno de Iván Duque, que de momento ha enviado al ministro de Interior, Daniel Palacios, a la zona para buscar la manera de que las personas desplazadas puedan volver a sus hogares. 

“El gobierno no ha hecho nada hasta ahora”, señala Florez, que destaca que, si bien desde la gobernación de Antioquia se están haciendo censos, estos no tienen en cuenta todo lo que dejan las personas desplazadas ni cuál será su situación al volver. “Cuando vuelvan a sus hogares, estas personas van a estar más empobrecidas, porque los animales no estarán en las mismas condiciones, las gallinas se mueren de hambre, las vacas enferman, las cosechas se pierden, los animales se adentran a comerse las cosechas debido a que no tienen esa alimentación correcta en el lugar y se van para los cultivos y acaban con todo”. Por eso, según explica, desde el Movimiento Ríos Vivos piden al gobierno que haga una caracterización de todo lo que estos campesinos están perdiendo en estos momentos por estar desplazados en Ituango y que se tenga en cuenta que en el retorno la gente va a estar más mal de lo que salieron. 

“Esto cada día avanza más, había varias alertas tempranas y el estado colombiano se hace el ciego, sordo y mudo”.

Desde el Movimiento Ríos Vivos han iniciado una campaña pidiendo recursos económicos, así como mantas, ropa y pañales, entre otros, para ayudar a la población desplazada. Para hacer donaciones, han habilitado la siguiente cuenta de Bancolombia, a nombre de AMARUD y Cuenta Nequi: 312 822 2837 31981471639 

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