Desde principios de año y hasta el mes de septiembre, 10 periodistas han sido asesinados en México. El país es, según Reporteros Sin Fronteras, uno de los más mortíferos del mundo para las personas que se dedican a la comunicación. Para las voces que informan sobre la corrupción generalizada y las vulneraciones de derechos humanos que se producen en el país, los ataques, las desapariciones y los desplazamientos forzosos son una realidad próxima.
Es en este contexto que trabaja la periodista Yanely Fuentes. Escribe desde 2014 al Diario Alternativo, una publicación que ofrece información local y regional del Estado de Guerrero. Según el ONG Artículo 19, Guerrero puede considerarse “una zona silenciada para la prensa”, y es uno de los Estados donde se registra un mayor número de agresiones contra periodistas. Guerrero es un territorio con unas instituciones muy débiles y una elevada presencia del crimen organizado.
El año 2017, Fuentes empezó a cubrir movilizaciones y conflictos sociales, sobre todo relacionados con el grupo armado Unión de Pueblos y Organizaciones lo Estado de Guerrero (UPOEG). Ha informado, desde entonces, sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por policías comunitarias y policías ciudadanas.
“Esto es el que tenemos en la región”, explica.
Su tarea periodística le ha comportado graves amenazas y agresiones. Al març del 2017, integrants i consellers de la UPOEG van amenaçar-la, i al gener del 2018, quan estava gravant un esdeveniment de l’organització, va ser agredida físicament. Después del ataque, las intimidaciones y amenazas se incrementaron, y la granja de su familia fue atacada. La UPOEG emprendió una campaña de desprestigio contra ella y su medio. Finalmente, el incremento de la presión la forzó a dejar casa suya durante cinco meses, pero tuvo que volver para continuar trabajando y poder sostenerse económicamente.
Actualmente, Fuentes se encuentra en Barcelona, acogida en el marco del programa municipal “Barcelona protege periodistas de México”. Este programa, llevado a cabo en alianza con la Mesa por México, tiene como objetivo facilitar la estancia temporal en la capital catalana de periodistas que se encuentran en situación de riesgo como consecuencia del ejercicio de su profesión.
Qué es la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG)?
Es un grupo armado que se autodenomina “policía ciudadana” y que opera, fuera de la legalidad, en un 80% de la Costa Chica de Guerrero. Se caracteriza para llevar a cabo levantones [segrestos i desaparicions], extorsiones y ejecuciones.
De donde provienen, principalmente, las amenazas a la libertad de prensa en Guerrero?
De funcionarios públicos, grupos armados y grupos de narcotráfico, que controlan las policías ciudadanas, y de la policía comunitaria.
A finales del año pasado arrancó el mandato de Andrés Manuel López Obrador. Qué expectativas genera este nuevo contexto en cuanto a la seguridad de los y las periodistas?
Esperamos un aumento de las agresiones. El mismo presidente de la República nos ha atacado con los mensajes contra la libertad de prensa que emite desde sus mañaneras [conferències de premsa diàries] desde dónde ha calificado como prensa “fifí” la que ha estado crítica con su gobierno.
Hay diferencias entre las violencias que sufren las mujeres y hombres periodistas?
Sí. En el caso de las mujeres se invisibiliza su trabajo de investigación, y por tanto se desvía la atención de los motivos reales de las agresiones que sufren.
Qué se puede hacer desde aquí para apoyar a la defensa de los derechos humanos en Guerrero?
Hay que visibilizar que Guerrero es un Estado donde proyectos de defensa de derechos tan nobles como las policías comunitarias han sido utilizados al servicio de la impunidad. Es un Estado que se lucra con la defensa de derechos, y que utiliza las policías ciudadanas como brazo armado para posicionar cárteles de tráfico de droga en las diferentes regiones.
Tienes actualmente algún proyecto entre manos que te gustaría compartir?
Con el tiempo, querría impulsar un portal digital para informar desde una perspectiva feminista en las regiones más patriarcales del Estado de Guerrero.
